jueves, 20 de noviembre de 2008

Testimonios dos 137 Kilos bajados en 14 meses la historia de Federico



Fuente Publicado en http://www.maximoravenna.com/

FEDERICO PINTO

Hace 8 meses que estoy en mantenimiento.
Bajé 136 kilos en 14 meses.

Hoy estoy viviendo la vida… conocí el gris, conocí los colores, antes era todo blanco y negro. Adelgazar lo hice siempre. Lo nuevo es mantener mi peso.


El descenso aquí fue diferente. Yo lo tome diferente. Lo novedoso para mi fue que en esta clínica se trabaja lo nutricional y lo terapéutico. Aquí logre reconocer y aceptar que padezco de obesidad. Que tengo una enfermedad que es tratable a través de mi actitud.


La obesidad en mi persona es mucho de primario, mucho de apego para despegarme de de otras cosas. Lo primario para mi es la inmediatez, decir -Yo soy el peor de todos- porque me rotulo y a su vez, -que rico que esta esto. Eso es lo primario, y yo me pregunto –¿quien puede gozar en una orgía?.

De todo esto te das cuenta cuando te marcan un registro, una medida. Una persona que llega a pesar 230 kilos como yo, es un tipo desmedido.

Fue hiperobeso toda mi vida. Al adelgazar encontré que en mi hay una persona que con una medida y un registro puede tener sentimientos. Puedo sentir como persona. Antes era extremista en el sentir. Decía te amo y era te amo mucho, decía te odio y era te odio mucho. Sos lo mejor o sos lo peor. Esto es lo primario. Me preguntaba, ¿como me van a querer a mí?, ¿porque me van a querer a mi?. Faltaba la valorización, mi valorización. Faltaban las ganas. Una vez escuche en un grupo, esto de darse cuenta que estas transcurriendo la vida sin vivirla.


Hoy estoy viviendo la vida. Vivir es valorizarme. Me valorizo como persona porque reconozco que la medida me hace trabajar conmigo, es una terapia medida, no desmedida. Es una terapia sentida, no con filosofía. Una terapia real es una terapia de aceptación y reconocimiento, conocí el gris, conocí los colores, antes era todo blanco y negro.


Con mi delgadez me encontré con el género, con el género masculino, desde la seducción hasta la seguridad. Hasta el bienestar que existe recorrer mi cuerpo y ver las huellas que me quedaron. Pasar por tanto sobrepeso es como pasar por la guerra, pretender no llevarse huellas es imposible…las huellas me recuerdan lo que fui y lo que puedo ser.


Lo que me hace mantener en mi peso ideal es la humildad. Lo que me hace mantener es el reconocimiento, reconocer que yo al logro lo tengo frente al talle del pantalón, pero frente al plato de comida no.


Hace 8 meses que no cambio el talle del pantalón, 8 meses que no cambio lo que es ropa a elección. Ahora es vida disfrute. Disfruto de mi seguridad, de mi forma de pensar, de mi familia. Hoy me siento equilibrado y maduro…hoy estoy buscando un hijo, quiero ser papa.


Me maravillo mi persona, me descubrí, me conocí. Empecé a dejarme amar, a estar con una persona porque quiero estar con esa persona, sin pensar que me tiene lastima, que soy como una criatura que puede seducir. A pesar de la cantidad de kilos que tenia siempre tuve parejas muy buenas que las he maltratado mucho. La agresividad desde los físico hasta lo verbal. Fui una persona totalmente desmedida, no ando pidiendo disculpas por la calle a cada rato, pero lo recuerdo…es una forma de iniciar, de empezar a hacerme cargo.

Testimonios


Fuente Publicado en http://www.maximoravenna.com/

PEDRO ...

“Llegue a la Clínica en el 2007 y bajé 87 kilos en 10 meses, ahora peso 85 kilos y me mantengo hace casi 1 año. Me saqué una persona de encima, la peor versión de mí mismo. Fue interesante descubrirme, me saqué muchas cosas que me sobraban, especialmente a ese que era yo…mucho más enojado, lento, pesado, cansado… mucho más irascible”.


No creí que podía bajar tantos kilos en tan poco tiempo, cuando llegue creí que al menos lograría sacarme algunos kilos pero me quedé porque vi lo rápido que bajaba, el poco hambre que tenia y lo bien que me sentía, empecé a cree que quizás fuese posible llegar a mi peso. Por eso la dieta la hice perfecta, no la cuestioné nunca ni me salí de las indicaciones que me iban dando.


Lo hice perfecto, pero no a lo macho, sino por miedo….porque si me salía no sabía si sería capaz de volver…tenía mucha historia en contra. Pienso que hacerlo perfecto y de una es lo más fácil… y me tranquiliza saber que la práctica condice con la teoría, lo que me explicaron en el centro y me dijeron que iba a pasar, pasó.


El tratamiento es sencillo, las pautas son pocas, claras y fáciles de entender…es muy fácil hacer las cosas bien.

Al principio me sorprendía que en los grupos la gente pudiera filosofar, a mí me alcanzaba con poder hacer bien la dieta. A medida que uno avanza y desciende de peso (sin hambre) puede pensar mucho más claramente sobre uno mismo, al poco tiempo se van aclarando las ideas y uno empieza a disfrutar del “camino”.


En mi opinión, el engordar no solo tiene que ver con comer de más, sino con hacerlo persistentemente. Nadie engorda de la forma en la que llegamos a la clínica en un solo fin de semana o una sola comilona. Si no persistimos en los excesos reiterados no llegamos a semejante sobrepeso. De la misma manera, para mí, la clave del tratamiento es la persistencia, es decir debemos sostener por un tiempo prolongado las indicaciones. Si al método le pones persistencia, adelgazas y con la ayuda de la acidosis y los grupos esto me parece claramente factible. Si no lo haces, los resultados son impredecibles y el cansancio es inevitable.


En mi vida cambiaron muchísimas cosas con estos kilos bajados, puedo viajar más cómodo, trabajar más tranquilo, moverme más, me puedo comprar ropa, verme mejor. Estoy mucho mejor ya que adelgazar era una asignatura pendiente, especialmente con mis hijas. Uno se la pasa dando consejos de vida a sus hijos, le decís muchas cosas que consideras que deberían hacer y vos haces todo lo contrario, es espantoso…hacer el tratamiento fue darles un mensaje de coherencia, esperanza y tesón, era realmente algo que tenía aplazado en mi vida.


Hace ya casi un año que mantengo este peso y aprendí algo que para mí no existía y es la posibilidad de “oscilar” en mi peso, siempre pensé que solo se podía subir o bajar. Oscilar comiendo un poco de todo (moderadamente) es algo que estoy transitando y que se parece bastante a una vida normal, por suerte en este año no necesité nunca volver a a una dieta hipocalórica, pero siempre están ahí por si la necesito.


Aun cuando intento hacer las cosas bien soy consciente de que en la vida nos puede pasar de todo y que esto hay que cuidarlo. Por eso sigo con atención los signos que antes pasaba por alto (el talle, la balanza, las ganas, las distracciones) y si yo no los veo, ahí está mi grupo para advertirlo y recordármelos.


A mi Grupo de Mantenimiento (vengo los jueves a las 17:30) seguiré viniendo porque tomo este tema seriamente y siempre hay cosas nuevas por escuchar. Tengo un compromiso importante con la clínica, conmigo mismo, mis compañeros y con la coordinación. Es el momento de la semana que le dedico conscientemente al tema y me alcanza para recordar de donde vengo, pero mucho más importantemente hacia donde voy.