Domingo
Máximo Ravenna es implacable
Una cuestión de peso
Es uno de los médicos más reconocidos en Argentina por su técnica para bajar de peso, cuya base es una dieta de muy pocas calorías. Para él, se trata de comer "lo justo" y entiende que los gordos son adictos. A su vez, critica el "facilismo" con el que hoy se indican cirugías gástricas.
GABRIELA VAZ
Adelgazar no es un tema de voluntad. Simplemente hay decisión de adherir a un método, de ver que es posible. Después, si no querés y te lleva por delante la vida porque te distraés… bueno, jodete. Tal vez lo menos malo que te puede pasar es ser gordo". Máximo Ravenna no tiene dudas en su discurso. La rigurosidad de su método para bajar de peso, su éxito en los resultados a largo plazo y las figuras famosas que han pasado por su clínica lo han convertido en uno de los médicos y psicoterapeutas argentinos más reconocidos de su país.
Sus axiomas: la sociedad de consumo alienta la obesidad, todos comemos mucho más de lo necesario, existen alimentos adictivos, los gordos son adictos. Y por paradójico que suene, lo más revolucionario de su método se basa en el más práctico sentido común: comer menos. "Comer menos de lo mucho", aclara él. En las primeras etapas del tratamiento, propone ingerir apenas 600 calorías (un adulto sano consume alrededor de 2.000), pero asegura que sus pacientes no pasan hambre. Según el médico, comer menos dispara un proceso químico en el organismo, llamado acidosis, que bloquea el centro del apetito en el cerebro. El cuerpo obtiene energía de sus propios depósitos de grasa. "La gente come mucho, entonces cuando uno le saca, parece poco. Pero no lo es. Otros proponen `una dieta equilibrada`, pero con eso no bajás nunca. Cuando dicen `las dietas hipocalóricas rebotan`, yo digo ¡gracias a Dios que rebotan!, porque eso significa que tocan el piso. Las otras dietas flotan porque nadie llega a su peso. Ahí es donde los médicos que daban dietas supuestamente organizadas y calóricas normalmente recurren ahora a la cirugía. Y yo no".
La dieta es la base del tratamiento, pero sola no funciona, añade el psicoterapeuta. "Al mismo tiempo, le vas enseñando sobre conductas, actitudes, excesos. Que los muertos no se entierran con un choripán, que para llorar se necesita un pañuelo y no un sándwich de miga y que el estrés no se va con un chocolate".
En una terraza de la filial montevideana de su centro terapéutico, Ravenna no se guarda certezas ni opiniones polémicas. Arremete contra "el facilismo" con que algunos de sus colegas indican un bypass o cinturón gástrico, asegura haber sentido "pena" por Alberto Cormillot (con quien trabajó en sus inicios) debido a su participación en el reality show para bajar de peso que culminó este mes en Argentina tras tres temporadas al aire, y dice que la "omnipotencia" de ciertos pacientes tira abajo cualquier tratamiento.
Fuente NOTA Y FOTOS: Diario El Paìs. Uruguay. Gabriela Vaz Link: http://www.elpais.com.uy/Suple/DS/08/10/26/sds_377581.asp
Máximo Ravenna es implacable
Una cuestión de peso
Es uno de los médicos más reconocidos en Argentina por su técnica para bajar de peso, cuya base es una dieta de muy pocas calorías. Para él, se trata de comer "lo justo" y entiende que los gordos son adictos. A su vez, critica el "facilismo" con el que hoy se indican cirugías gástricas.
GABRIELA VAZ
Adelgazar no es un tema de voluntad. Simplemente hay decisión de adherir a un método, de ver que es posible. Después, si no querés y te lleva por delante la vida porque te distraés… bueno, jodete. Tal vez lo menos malo que te puede pasar es ser gordo". Máximo Ravenna no tiene dudas en su discurso. La rigurosidad de su método para bajar de peso, su éxito en los resultados a largo plazo y las figuras famosas que han pasado por su clínica lo han convertido en uno de los médicos y psicoterapeutas argentinos más reconocidos de su país.
Sus axiomas: la sociedad de consumo alienta la obesidad, todos comemos mucho más de lo necesario, existen alimentos adictivos, los gordos son adictos. Y por paradójico que suene, lo más revolucionario de su método se basa en el más práctico sentido común: comer menos. "Comer menos de lo mucho", aclara él. En las primeras etapas del tratamiento, propone ingerir apenas 600 calorías (un adulto sano consume alrededor de 2.000), pero asegura que sus pacientes no pasan hambre. Según el médico, comer menos dispara un proceso químico en el organismo, llamado acidosis, que bloquea el centro del apetito en el cerebro. El cuerpo obtiene energía de sus propios depósitos de grasa. "La gente come mucho, entonces cuando uno le saca, parece poco. Pero no lo es. Otros proponen `una dieta equilibrada`, pero con eso no bajás nunca. Cuando dicen `las dietas hipocalóricas rebotan`, yo digo ¡gracias a Dios que rebotan!, porque eso significa que tocan el piso. Las otras dietas flotan porque nadie llega a su peso. Ahí es donde los médicos que daban dietas supuestamente organizadas y calóricas normalmente recurren ahora a la cirugía. Y yo no".
La dieta es la base del tratamiento, pero sola no funciona, añade el psicoterapeuta. "Al mismo tiempo, le vas enseñando sobre conductas, actitudes, excesos. Que los muertos no se entierran con un choripán, que para llorar se necesita un pañuelo y no un sándwich de miga y que el estrés no se va con un chocolate".
En una terraza de la filial montevideana de su centro terapéutico, Ravenna no se guarda certezas ni opiniones polémicas. Arremete contra "el facilismo" con que algunos de sus colegas indican un bypass o cinturón gástrico, asegura haber sentido "pena" por Alberto Cormillot (con quien trabajó en sus inicios) debido a su participación en el reality show para bajar de peso que culminó este mes en Argentina tras tres temporadas al aire, y dice que la "omnipotencia" de ciertos pacientes tira abajo cualquier tratamiento.
Fuente NOTA Y FOTOS: Diario El Paìs. Uruguay. Gabriela Vaz Link: http://www.elpais.com.uy/Suple/DS/08/10/26/sds_377581.asp
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